lunes, 28 de marzo de 2016

INSTRUCCIONES PARA LECTORES NOVATOS


    En el artículo "Ayudar al niño a convertirse en lector" de Jacqueline Kergueño, podemos conocer  algunos consejos para que la lectura sea productiva y exitosa.
    Leer es una actividad contemplativa que requiere concentración. Es necesario aunar las palabras, dejarlas resbalar dentro de uno, detenerse a veces para meditarlas, recibir positivamente el pensamiento de alguien o medirlo con el propio pensamiento.
    Si un niño no ha aprendido desde pequeño a escuchar cuentos, a imaginar entre las frases lo que no se dice, a vivir emociones identificándose con los héroes, no encontrará en la lectura más que una sucesión de palabras sin encanto, es decir, no habrá aprendido a entrar en la magia del relato.
   Saber leer supone apropiarse de lo escrito y convertirse en lector es una actividad que requiere años, un entrenamiento progresivo, unas etapas, unos eslabones.
    Un niño de 7 años no puede digerir cualquier libro, el gusto por la lectura consiste en encontrar suficiente placer en esta actividad como para desear continuarla y renovarla. Por ello, es pronto para que los niños a estas edades lean libros de Julio Verne, es demasiado pronto para ellos.
   
   
    Un lector debutante necesita un texto a la medida de sus capacidades, acorde con su sensibilidad y que tenga en cuenta su lenta progresión con el texto escrito.
    Está claro, que una novela de más de cien páginas y todo texto le abrumaría, y caería en el error de pensar que la lectura va ligado al aburrimiento, a algo no entretenido; por ello a un bebé no le podemos dar un "chuletón", le tenemos que dar algo más fácil de digerir para él, algo como un "potito" o una "papilla", algo que le alimente igual de bien, pero que sea acorde a su edad.

    Tenemos que tener en cuenta que todo depende de la manera de hacer. Ayudar a un niño a ser lector, es ayudarle a encontrar su camino sin escoger en su nombre y, no importa que escoja algunos títulos que no nos gusten a nosotros ya que es necesario que descubra lo que le gusta a él. lo que prefiere, lo que le convence.
   Para acompañar a un lector debutante es necesario conocer bien sus gustos, su sensibilidad... Si un niño está interesado por el tema del libro, si se ha despertado su curiosidad, pasará un rato con él, tratando de comprender el texto que va asociado a las imágenes. Lo ideal es que la imagen y el texto estén coordinados en una misma página ya que se produce una pre-percepción de la situación que ayuda a adivinar las palabras y a hacerlas más accesibles.
   
   
Si el texto es un relato, a veces es necesario ayudar al lector debutante para que consiga descubrir el placer de la narración. Se le puede dejar empezar la historia, leerle un trozo para adelantar y dejarle continuar sólo otra vez.
    También, le gusta compartir su placer con los que le rodean, hablar de ello, comentar, explicar, releer para reencontrar sus emociones.
    Conviene propiciar la calma y el confort del sitio de lectura. No hemos de olvidar que el sentido inmediato de las situaciones-imagen y el poco texto fácil de captar representan esfuerzos gratificantes que favorecen la lectura.
    Cuando se pregunta a los niños por qué no han continuado leyendo una historia, casi siempre citan las mismas causas: el arranque del libro, el estilo que presenta, el engranaje de la historia o simplemente la maquetación del libro. Pues bien, tenemos que tener en cuenta que todas estas causas son principales y a su vez claves de contacto que hay que tener en cuenta para conseguir que el niño se sienta a gusto con el libro.
    También, los niños tienen que poder identificarse con el personaje que más le gusta y, por eso, es necesario que comprendan el funcionamiento de ese personaje. El personaje ha de tener cierta coherencia psicológica y unos comportamientos lógicos que coincidan con su psicología, a su vez, ha de ser interesante y que despierte en el niño las ganas de identificarse con él.
    ¿Ayudan las historias a no querer dejar de leer?,  Pues si, una buena historia empuja al lector hacia adelante. Si vive las emociones del héroe, estas se convertirán en suyas.
    Hacia las 8-9 años, una buena historia debe provocar en el lector el deseo de continuar leyendo para no abandonar al héroe.
   ¡Pero cuidado! no olvidemos que las imágenes son muy importantes, pero no vale cualquier imagen; las imágenes deben ser legibles, ricas y variadas y que aporten el complemento de información que no está escrito ya que los niños reclaman ilustraciones en los que el héroe sea reconocible desde el principio hasta el final; imágenes en las que poder encontrar su perfil, su cara, su mirada con expresiones diferentes según las variaciones del texto.
   
        Si nos detenemos a pensar en los "caminos" que toma el gusto por la lectura, llegamos a que el gusto por la lectura suele pasar por diferentes caminos que incluyen inquietantes rodeos. Cada cual tiene su ritmo y su manera en el descubrimiento de la lectura y cada cual tiene su género en función de su temperamento. Si un niño no lee, cuanto más se le insista a que lo haga mayor será el bloqueo y las ganas de no leer en el niño.

    ¿ Y qué pasaría si los adultos leyeran los libros infantiles? Quizás los adultos quedarían sorprendidos al notar que algunas historias infantiles afectan sensiblemente la parte de infancia que hay en ellos.
    Una historia tiene un contenido que puede prestarse a múltiples análisis en la que la mayoría de los lectores puedan reconocer algo de sí mismos.


    Finalmente, llegamos a la conclusión, que como ya hemos podido observar en este análisis, cada edad tiene un libro y no podemos darles a los niños libros que no son acordes a ellos ya que lo que conseguiremos será el efecto contrario a lo que realmente queremos; conseguiremos que el niño se frustre ya que no va a entender nada y no va a disfrutar de lo bonito de la lectura, ya que, quizás, lo coja temor.
    Lo mejor es que los niños lean los libros que son propios para su edad, con los que se vean identificados y no vean la lectura como un trabajo o un deber, sino que vean la lectura como ocio.
    Tenemos que tener en cuenta, que no podemos interrumpir el desarrollo evolutivo del niño, hay que dejarle que vaya poco a poco, ya que son niños y no máquinas y hay que tratar de favorecer en todo momento una ambiente adecuado para llevar a cabo una buena lectura y compartir con ellos los gustos...pero siempre,recordando, que los libros los escogen ellos.
     No tenemos que preocuparnos si al niño no le gusta leer, no debemos de obligarle ni decirle nada ya que como hemos visto, eso puede aumentar su bloqueo; simplemente, el niño leerá cuando sienta esa necesidad de conocer ese camino y esa necesidad, se puede dar a cualquier edad.
    Por ejemplo, para que el niño se vaya interesando en la lectura, se pueden ir dejando comics a su alcance ya que si las imágenes están bien construidas y los globos son legibles, pueden ser un elemento bueno para despertar su curiosidad.
    Y hablando de adultos, si leemos una historia infantil y nos gusta, nos emociona, recuerda que no es nada malo, pues todos somos niños a pesar de la edad que tengamos, pues, dichoso quien conserva el corazón de un niño.





    

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